Si en alguna ocasión le han dicho que la creatividad es un don con el que nacen sólo unos pocos privilegiados, debería saber que le han mentido (y descaradamente además).
En realidad la creatividad es algo con lo que nacemos todos. ¿El problema? Que a veces nos olvidamos de cultivarla y ésta, como le pasa a una planta cuando no se riega, termina por marchitarse.
No obstante, no se deje llevar por el pánico. Que su creatividad esté mustia no quiere decir que esté muerta y puede resucitarla (fácilmente) echando mano de los trucos que disecciona a continuación Inc.:
1. Practique el noble arte de no hacer nada
Estamos constantemente haciendo cosas y cuando ponemos freno a tantísimo ajetreo, suele ser para la planificación de más casas (para hacer). Tanto frenesí no le hace en realidad ningún bien a la creatividad, que como echa de verdad brotes verdes es no haciendo nada (y no pensando en nada). Así que si quiere despertar del letargo a su creatividad dormida, relájese, resetee su mente y deje volar su imaginación.
2. Tómese tiempo para disfrutar de la fragancia de las rosas (literalmente)
Sumérjase en la naturaleza. Experimente las cosas únicas que le brinda el mundo en el que habita. Y déjese seducir por los espacios exteriores (sin necesidad de recorrer kilómetros de distancia para disfrutar de ellos). Simplemente salga a comer fuera o vaya a dar un paseo. Su creatividad se lo agradecerá.
3. Ríase y juegue
Libere al niño que habita en sus entrañas. Permítase de vez en cuando el lujo de ser espontáneo y hasta un poco “tonto”. Y no se preocupe de lo que quienes le rodean puedan pensar de usted.
4. Desafíe a sus sentidos
Concéntrese en las vistas, los olores y los sonidos que le circundan. Vaya más allá de lo puramente obvio.
5. Escriba
Ponga sus pensamientos sobre un papel en blanco. Escriba hasta llegar a un tema concreto o conectar con una emoción determinada, aquella que se ha propuesto evocar.
6. Despierte su instinto animal
Imagine lo más vívidamente posible lo que sería ser un pájaro, una jirafa o un caballo. Sueñe despierto y piérdase de vez en cuando en pensamientos de una vida alternativa y salvaje.
7. Salga de su zona de confort
Haga algo que jamás se le hubiera ocurrido hacer, algo que le asuste y le haga sentir vivo al mismo tiempo.
8. Imagínese en un mundo perfecto (y a su medida)
Y saboree todos y cada uno de los detalles que le regala en su mente ese mundo perfecto y hecho a su medida.
19. No escuche su voz negativa interior
Haga caso omiso de esa vocecita agorera que habita en su interior y que se empeña en decir “No puedo”, “Es una tontería” o “Es una pérdida de tiempo”. Esa vocecita tan aparentemente inocente está matando en realidad sus sueños y sus ideas. No
permita que lo haga.
10. Apláudase a sí mismo por intentarlo
No dude en darse a sí mismo palmaditas en la espalda de vez en cuando y prémiese tanto por sus éxitos como por sus fracasos. Lo que importa es intentarlo.